EUROPA
PRESS
21 noviembre
2020
Hacer
ejercicio más de una vez a la semana puede prevenir que el deterioro cognitivo
leve se convierta en Alzheimer
Hacer ejercicio más de una vez por
semana se asocia con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer
en pacientes con un deterioro cognitivo leve, según sugiere una investigación
publicada en la revista 'Alzheimer's Research and Therapy'.
El deterioro cognitivo leve es una condición que causa que
las personas tengan más problemas con la memoria y el pensamiento de lo que es
normal para alguien de su edad. Las personas con deterioro cognitivo leve
tienen un riesgo diez veces mayor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que
la población general.
Este equipo de investigadores, de la Facultad de Medicina de
la Universidad de Yonsei (Corea), descubrió que, en
comparación con las personas con deterioro cognitivo leve que no hacían
ejercicio, quienes realizaban una actividad física vigorosa o moderada durante
al menos diez minutos más de una vez por semana tenían un riesgo un 18 por
ciento menor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Entre aquellos que se ejercitaron más de una vez por semana,
las personas con deterioro cognitivo leve que se ejercitaron de tres a cinco
veces por semana tuvieron un 15 por ciento menos de riesgo de desarrollar la
enfermedad de Alzheimer que aquellos que se ejercitaron menos de tres a cinco
veces por semana.
Aquellos con deterioro cognitivo leve que comenzaron a hacer
ejercicio después de su diagnóstico tuvieron un riesgo 11 por ciento menor de
desarrollar la enfermedad de Alzheimer que las personas que no hicieron ningún
tipo de ejercicio. Dejar de hacer ejercicio después de ser diagnosticado con un
deterioro cognitivo leve se asoció con el mismo riesgo de desarrollar la
enfermedad de Alzheimer que no hacer ejercicio antes o después del diagnóstico.
"Nuestros hallazgos indican que la actividad física
regular puede proteger contra la conversión de un deterioro cognitivo leve en
la enfermedad de Alzheimer. Sugerimos que se recomiende el ejercicio regular a
los pacientes con deterioro cognitivo leve. Incluso si una persona con un
deterioro cognitivo leve no se ejercitaba regularmente antes de su diagnóstico,
nuestros resultados sugieren que empezar a ejercitarse regularmente después del
diagnóstico podría reducir significativamente su riesgo de desarrollar la
enfermedad de Alzheimer", explica una de las autoras, Hanna Cho.
Los autores utilizaron datos de registros de salud
electrónicos de personas diagnosticadas con deterioro cognitivo leve de la
cohorte del Servicio Nacional de Seguro de Salud de Corea de 2009 a 2015. La
edad media de los participantes estaba entre 64 y 69 años. La actividad física
se midió mediante un cuestionario que preguntaba a los participantes cuánto
habían ejercido en los siete días anteriores.
De los 247.149 participantes incluidos en el estudio, 99.873
(40%) no se ejercitaron preguntaba a los participantes cuánto habían ejercido
en los siete días anteriores.
De los 247.149 participantes incluidos en el estudio, 99.873
(40%) no se ejercitaron diagnóstico y 56.664 (23%) se ejercitaron más de una
vez por semana antes y después del diagnóstico. Al final del período de
seguimiento, el 8,7 por ciento de los que no hacían ejercicio fueron
diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer, en comparación con el 4,8 por
ciento de los que hacían ejercicio más de una vez por semana. De los que
comenzaron a hacer ejercicio después del diagnóstico, el 6,3 por ciento
desarrolló Alzheimer, comparado con el 7,7 por ciento de los que dejaron de
hacerlo después del diagnóstico.
En vista de este resultado, los autores sugieren que el
ejercicio regular puede aumentar la producción de moléculas que apoyan el
crecimiento y la supervivencia de las neuronas o aumentar el flujo sanguíneo al
cerebro, lo que podría prevenir una reducción del volumen cerebral que a menudo
se asocia con la demencia.